1. Cuando empiecen a
leer en voz alta, marcar constantemente los errores.
2. Exigir que lean
los libros que nos gustaron, aunque no les atraiga la historia.
3. Obligarlos a
leer.
4. Convertir los
libros en "tareas" escolares: hacer resúmenes, fichas, actividades,
interrogarlos controlando que hayan leído.
5. Echarles en cara
a menudo que no les gusta leer.
6. Confrontar la
lectura con otras actividades: "si no leés, no mirás TV, no jugás a la
compu ni a la play".
7. Sermonearlos con
un discurso aburrido sobre los beneficios de la lectura.
8. Convertir la
lectura en una herramienta académica solamente.
9. Negarse a contar
historias, a jugar con el lenguaje y a disfrutar con ellos el momento de leer
cuentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario